KAKADU NATIONAL PARK, NT

La entrada sur al parque es un soplo de aire fresco, aunque estamos en la estación seca, se puede ver algo de verde en el paisaje.
Al rato empezamos a ver carteles que indican que la velocidad máxima en el parque es de 130 kilómetros/hora, lo que nos sorprende ya que en las autopistas es de 110, lo entendemos cuando después de comprar el ticket, vemos en el mapa las distancias entre los diferentes puntos de interés en el parque.
Paramos en un par de miradores, que dejan adivinar que en este parque hay montañas, o al menos pequeñas colinas, que rompen la monotonía de las llanuras que hemos visto hasta ahora.
Llegamos a Coiinda, y nos comentan que no tienen ni un hueco, ni habitaciones, ni backpackers, ni nada, ven nuestra cara de sorpresa, y se ofrecen a intentar buscarnos alojamiento, encuentran un sitio pero esta a 100 kilómetros, como es o eso o nada, aceptamos.
El resto del día, lo dedicamos a visitar una zona con pinturas rupestres llamada Nourlangie rock que datan de hace miles de años.
Se puede distinguir la antigüedad, por la complejidad de las imágenes. Las mas antiguas son mucho mas simples, y cuanto mas reciente mas detalladas. Muchas de ellas representan animales, peces, tortugas básicamente sus alimentos. Aunque también nos encontramos alguna representación de dioses o ritos de danza.
Dentro del parque hay varios puntos de información, en algunos solo hay unos cuantos carteles con mapas, pero para hacer tiempo visitamos uno de los mas elaborados: el Warradjan Aboriginal Centre Cooinda, dentro del edificio hay una exposición que nos cuenta la cultura de los habitantes originales de la zona los Binnij, y te enseña la fauna y flora que habita en este parque.
A ultima hora de la tarde, tomamos un tour sobre el Yellow River Billabong y nada mas salir ya estamos viendo cocodrilos y muchisimos patos, miles quizá?, paseamos lentamente, viendo como los animales salen al atardecer a dar un paseo o buscar comida, como esa ave zancuda, que intenta meterse un pez por el gaznate y ante la presión de tanta gente mirando, se pone nerviosa y lo deja escapar.


























Vemos una puesta de sol preciosa, y desembarcamos moviéndonos rápido hacia el coche, ya que es casi de noche.









El camino pasa bastante rápido, por la velocidad y porque vamos atentos a cualquier cosa que se mueva, antes de llegar a Jabiru, que esta a mitad de camino, ya hemos visto 1 Dingo, 1 bicho que es una especie de zorro y un incendio esperamos que controlado, a un costado de la carretera.
Paramos en Jabiru a coger algo de comida en una gasolinera, lo único abierto. En los arboles de al lado de la gasolinera, un ruido constante nos hace mirar hacia arriba, cientos de cacatúas blancas gritan como posesas, habiamos visto unas cuantas, pero ni tantas, ni tan juntas, ni gritando como ahora.
Les grabamos un poco y de repente se cruza justo delante un Dingo bastante manso que acompaña a un grupo de aborígenes. En este país las sorpresas son constantes.

A la mañana siguiente, salimos pronto de la habitación para intentar visitar otra zona con pinturas antes de que el sol apriete. Es imposible, las distancias son enormes y para cuando llegamos el sol esta achicharrando.
Nos lo tomamos con calma, y la verdad es que la visita merece la pena, Ubirr es un sitio increíble, además de las pinturas, se sube a través de la roca a un punto desde donde se ven unas vistas increíbles. La piedra roja sobresale de la verde llanura, como si estuviéramos en una película y esto fuera una ciudad olvidada. Las rocas montan unas sobre otras, creando formas extrañas y con equilibrios a veces imposibles. Parece que todo haya sido uno y se este desmontando a cachos.





























Aunque hay alguna visita mas, decidimos dejar el parque, el calor es inaguantable, y no estamos para sufrir. Nos esperan 250 kilómetros hasta Darwin, y no se trata de pasar otra vez apuros para encontrar alojamiento.

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