WEST COAST, S. Island

Dejamos Motueka cruzando el Kahurangi National Park en dirección a la costa oeste, la carretera cruza una zona de valles verdes, rodeados en todo momento por espectaculares montañas nevadas en la mayoria de los casos cubiertas por la niebla.





A la altura de St. Arnaud nos acercamos a Nelson Lakes National Park, concretamente al Lago Rotoiti donde desde la orilla y bajo una lluvia constante sacamos alguna foto y jugamos con los patos que se acercan a la furgoneta, no se si buscando el calor del motor o que les echemos algo de comida. El lago es bastante grande aunque con la niebla que cubre la orilla solo podemos imaginárnoslo, de repente aparece un autobús de un tour, se bajan un grupo de personas y alguno de ellos se pone en calzoncillos y salta al agua desde el embarcadero. A los dos segundos salen tiritando, y espero que hayan ganado alguna apuesta porque si no es para matarlos, el agua esta helada y el día no ayuda.

Seguimos hacia la costa, y cruzamos Victoria Forest Park, en Buller Gorge nos encontramos con un cartel que anuncia el puente colgante mas largo de NZ y me apunto a cruzarlo, esta lloviendo y según me bajo de la furgoneta se pone a diluviar. Miro para atrás y veo que me he quedado solo para esta aventura pero sigo decidido, me venden el ticket y empiezo a cruzar el puente. Se mueve una brutalidad y tengo que ir agarrado en todo momento, el suelo metálico que resbala bastante no ayuda a mantener el equilibrio. Con toda el agua que esta cayendo, el rio va hasta arriba y hace que incluso aparezcan pequeñas cataratas, la velocidad con la que pasa el agua da bastante respeto.
Cuando acabo el recorrido de ida y vuelta estoy empapado y tengo que cambiarme toda la ropa, pero la aventurilla ha merecido la pena, menudos nervios !!
Seguimos paralelos al rio que cada vez va cogiendo mas anchura y caudal, cuando llegamos a Westport aparece la desembocadura al mar y un poco después Cape Foulwind un cabo que tiene una playa de piedra, y a la derecha unas grandes rocas enfrentadas a la costa con unas calas en las que otra colonia de focas esta refugiándose del mar.
Al salir de la playa nos encontramos con unos carteles avisando para tener cuidado con las Wekas. Un par de minutos después lo entendemos cuando una cruza la carretera como un rayo delante del coche, al poco otra y luego otra mas. Como andes un poco despistado, te llevas por delante uno de estos pajarracos kamikazes.

Siguiendo hacia el sur nos encontramos con una Scenic Road que esta considerada entre las diez mas bonitas del mundo. 



La verdad es que no defrauda, y aunque no para de llover ni un minuto, veremos como algo positivo que el gris del cielo le da un tono misterioso y dramático. La carretera va constantemente paralela al agua y en los únicos puntos que se aleja un poco es para coger altura y ofrecer un punto de vista elevado sobre el litoral. Este se compone de kilometros y kilometros de playas de piedra solo separadas por enormes salientes de piedra que el mar parece va cortando con paciencia, es como si estos salientes se fuesen despedazando y sus restos se quedaran a pocos metros de la orilla, creando un paisaje espectacular.
A mitad de camino entre Westport y Greymouth tenemos las Pancakes Rocks, unas formaciones rocosas con forma de tortitas apiladas que inexplicablemente solo se dan en este punto concreto del camino. Entre estas rocas aparecen unos huecos en los que el mar se filtra con fuerza provocando que chorros enormes de agua y espuma suban hacia la superficie durante la marea alta. Con marea baja el efecto no es tan grande pero sigue siendo impresionante.
Hacemos una parada en Greymouth para comer alguna cosa y comprar calzado porque después de la calada en las pancakes, las zapatillas que llevo no dan para mas.

A partir de este punto parece que la costa se relaja y ya no es tan abrupta, pero hemos cambiado la fuerza del mar por la del viento que con unas ráfagas fuertes y continuas intenta sacarnos de la carretera. A la altura de Hoikitika salimos hasta la playa para sentir el viento y vemos a las gaviotas que no aguantan quietas, el aire las empuja y no pueden volar por lo que optan por buscar refugio detrás de piedras o incluso de nuestra propia furgo.
El viento y la lluvia llevan amargándonos todo el día pero en cuanto nos metemos un poco hacia el interior, todo se relaja y llega la calma. Otra vez el verde de la hierba lo cubre todo y a lo lejos de entre la niebla comienzan a aparecer unos picos nevados.
Nos acercamos a Glacier Country.

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