SYDNEY PART 2, NSW

Los últimos días que pasamos en Sydney nos dedicamos a disfrutar de la ciudad al modo local, paseando, remoloneando por las cafeterías y curioseando por las tiendas  y galerías en busca del chollo imposible.











También aprovechamos para ir buscando entre las diferentes estatuas que hay por la ciudad cuales han elegido en la muestra de arte para vestir con ropas modernas y estrambóticas.






La muestra se llama Art & About y combina arte con conciencia ecológica mediante obras que en algunos casos reflejan la situación del medio-ambiente como un conejo hecho a base de botellas de agua recuperadas.


Sacamos tiempo incluso para ir al cine y morirnos de la risa con The Other Guys, una comedia divertidisima. Curioso que al ir a comprar la entra a un precio carisimo 11 $ cada, la chica nos ofrece una tarjeta de socios y le decimos que no, sorprendida insiste y nos explica que cogiendo la tarjeta que es gratis cada ticket nos sale a 6 $, además de buena peli, buen precio, gracias taquillera majisima !!


El sábado a la noche nos damos una vuelta por la ciudad repitiendo algunas de las visitas para ver los edificios iluminados, pero lo que de verdad nos ilumina es el desfile de gente preparada para salir por la noche. y lo que entre semana había sido una anécdota, ahora ya es de escándalo, la gente en Sydney se arregla mucho, y lo de enseñar cacha es una prioridad. No importa demasiado si estas para enseñarla o no, la cuestión es que la gente se fije. Eso si, es curioso ver a señoritas de punta en blanco y con una bolsa de papel en la mano constantemente, primero pensamos que es algo que han comprado, pero todas? Al final descubrimos que en la bolsa lo que llevan es un botellín de agua, un pañuelo para cuando refresque y no haya necesidad de enseñar pechuga y unos zapatos para cuando los pies se quejen de los enormes y espectaculares tacones que llevan. Eso si, lo siento chicos pero de esto no hay fotos.
Así que a cambio pondré alguna de las vistas nocturnas que sacamos.




El Domingo nos levantamos con tranquilidad para tomar un brunch estupendo al borde de la bahía, hasta llegar al agua la ciudad se veía vacía pero en cuanto nos acercamos al embarcadero vemos miles de personas que se dirigen a los diferentes ferries para aprovechar el buen tiempo descansando en alguna de las playas que rodean la ciudad y que son mas fácilmente accesibles mediante estos barcos, eso si la espera es amenizada por un grupo de músicos que con el Digeridoo intentan ganarse la vida.


Nosotros que no somos muy de arena elegimos dar un paseo por un parque observando a los diferentes pájaros y a toda la gente que se ha acercado a pasar el día de pic-nic algunos con botella de champagne incluida.







Bordeamos el agua sin perder la pista a las cacatúas blancas que revolotean por nuestras cabezas, y llegamos a McQuarrie Chair desde donde se tiene uno de los mejores puntos para fotografiar la Opera y el puente que cruza a la otra orilla.


Dejamos la hierba para entrar de nuevo entre las calles y acercarnos a hacer un ultimo intento en el Capitol Theatre, aunque nos han dicho que por ser la ultima representación las entradas están agotadas hace tiempo queremos probar para ver si hay suerte. Hoy baja el telón el musical de Wicked, y desde que oí una de sus canciones en la serie Glee, tenia muchas ganas de verlo.
Nos acercamos a la taquilla, preguntamos....... y hay suerte queda una butaca en un sitio muy bueno, dejo a mi mujercita paseando sola por Sydney y entro al mundo de Oz.


Casi tres horas después me duelen las manos de tanto aplaudir, el musical es magnifico, a veces te ríes y a ratos te emociona, absolutamente recomendable. Además el montaje es brutal con un enorme dragón en mitad del escenario y los continuos cambio de decorado, a cada cual mas detallado. Para colmo al ser la ultima representación, una vez terminada nos permiten sacar fotos a los actores que salen varias veces a saludar, las dos actrices protagonistas que han estado magnificas se abrazan y no se sueltan, parece que la química que han transmitido no era del todo fingida. Salgo todo emocionado dispuesto a comprar hasta el traje de bruja, pero no me queda dinero en el bolsillo así que otra vez será.




Aunque habíamos visto unas cuantas excursiones para hacer desde Sydney decidimos dejarlas para otra vez y nos quedamos el ultimo día paseando y despidiéndonos de la ciudad sin prisas, como se merece.






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