TONGARIRO N. PARK & FORGOTTEN WORLD HIGHWAY, N. Island

O el principio del fin, la mañana no empieza mal, aunque ha llovido toda la noche y el viento ha sido brutal parece que al amanecer todo ha parado un poco, pero no es mas que una ilusión, al cabo de una hora vuelve la tormenta en todo su esplendor.


Entramos al parque y paramos en el punto de partida de un famoso trail que cruza entre volcanes, debemos estar a apenas un par de kilometros de la base del monte Tongariro que se utilizo en el Señor de los Anillos para representar Mordor y no vemos nada, nada en absoluto, la niebla cubre todo el paisaje, la lluvia crea rios entre las hierbas y salen a la carretera formando mini-cataratas.


El viento es exagerado, así que decidimos seguir hacia la próxima parada en el monte Ruapehu, el mas alto de la zona, un buen punto para divisarlo es desde Iwikau Village un núcleo de casas camino a la estación de esquí, según nos acercamos el tiempo va a peor, los letreros nos indican que la estación se ha cerrado por la tormenta, nada mas pasarlos para de llover...... y empieza a nevar pero seguimos subiendo, por cabezones que no quede pero la carretera se pone impracticable y ademas la niebla no deja ver mas allá del arcén.




Nos damos la vuelta y paramos a tomar un chocolate caliente, en el periódico nos cuentan que la tormenta es un frente frio que durara entre una y dos semanas, que va a traer vientos huracanados y posibles tornados, lluvias torrenciales y nieve en varios puntos de NZ.....

Consciente o inconscientemente nos equivocamos en el camino y acabamos saliendo del parque y llegando a Ohakune, pero ni siquiera la visión de una gigantesca zanahoria acompañada de un rato de cielo azul nos levanta el animo.
Pero no nos rendimos, y decidimos seguir como si casi no pasara nada, y empezamos la Forgotten World Highway, un antigua carretera hoy casi en desuso, queda tan apartada de todo que Whangamomona, el único pueblo por llamarlo de alguna manera en mitad del camino se ha autoproclamado una república y han elegido su propio presidente, en el anterior mandato gano una cabra después de comerse los votos del resto de los nominados. Empezamos los primeros kilometros de los 150 sin ninguna gasolinera que consta esta carretera bastante animados, no llueve demasiado e incluso aparecen pequeños claros azules en algunos puntos, igual hemos tenido suerte y no era para tanto. La carretera esta en algunos tramos asfaltada y en otros es solo un camino pero esta en bastante buenas condiciones, en alguna zona llegamos a tener hasta dos carriles e incluso un tunel, aunque con la pinta que tiene se lo podian haber ahorrado.



Cruzamos zonas con granjas aisladas y continuamente aparecen en el camino ovejas o vacas que se han escapado de su recinto, al rato llegamos a un cañón en el que la vegetación se come la carretera, choca en un ambiente tan frío y lluvioso encontrarse con helechos gigantes que parecen mas propios de un bosque tropical pero ahí están y ademas parece que en cualquier momento un dinosaurio va a asomar la cabeza entre la maleza, y la verdad es que no nos sorprendería ya que parece que si que esta realmente olvidada, en mas de 50 kilometros no nos cruzamos con ningún coche y cuando al final aparece una camioneta destartalada de algún pastor pasa a toda velocidad a nuestro lado justo levantando la mano del volante para saludarnos, seguro que se pregunta que hacemos ahí en ese preciso día en el que una alerta de temporal esta anunciada por toda la isla.

Y de repente todo se pone feo hasta el punto de que estamos a punto de darnos la vuelta, los rios que hasta ahora venían crecidos ahora están desbordados, ocupando los pastos, cubriendo arboles y los arcenes de la carretera. El ganado se escapa del agua subiendo a puntos un poco mas altos lo mejor que puede y da la sensación de que algunos van a pasar apuros. La lluvia viene acompañada de granizo y empezamos a ver desprendimientos que cubren la carretera y aunque los esquivamos sin demasiada dificultad todo esta complicado.

Las cataratas caen totalmente sobrepasadas a ambos lados de la carretera, aunque vamos con cuidado es difícil esquivar todas las ramas y arboles que nos encontramos, a apenas unos metro de donde estamos nosotros vemos una rama caer de repente en mitad de la carretera, si nos hubiese cazado el susto hubiese sido aun mayor.



El paisaje es espectacular y una aventura nunca viene mal pero cuando empiezan a aparecer casas y vemos el cartel que anuncia el final de la “carretera del mundo olvidado”, es un alivio, parece que hemos vuelto a la civilización.

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