CURRAL DE FREIRAS Y COSTA ESTE, Madeira

Dejamos para el final la visita  a la costa Este de la isla, aunque previamente visitamos Curral de Freiras que queda hacia el Norte de la capital. La carretera es de ida y vuelta, se sube hasta un mirador a través de un camino entre montañas plagado de autobuses que aprovechan la cercanía para organizar excursiones económicas.





Llegamos a Eira do Serrado y tras subir unas cuantas escaleras desde el aparcamiento disfrutamos de la vista de todo el circo, la altura es impresionante y la vista preciosa, se pueden ver los picos de las montañas y la caída vertical desde estos hasta las casitas que vemos a tamaño miniatura desde aquí. La carretera serpentea con paelleras de 180 grados ofreciendo formas curiosas por la perspectiva.


Pasamos de largo Funchal y bordeamos la costa Sur hacia Canical y la Ponta de Gaviotas desde donde se disfruta en una dirección de la obra de arte que son los cientos de postes de hormigon que sostienen el aeropuerto y en la otra de los últimos trozos de tierra que se sumergen en el mar.


Continuamos hacia el Norte a través de unos larguisimos túneles para llegar a Santana, alli se encuentra el único punto de la isla en el que se pueden visitar las casas típicas de Madeira, los Palheiros. Han aprovechado unas cuantas de estas casas para montar en ellas unas pequeñas tiendas con productos tradicionales, desde bebidas hasta pequeños artículos de artesanía.


La ultima parte del día la dedicamos a visitar uno de los puntos mas altos de la isla, el Pico de Arieiro, en su cima se encuentra un observatorio, pero para cuando llegas a el ya has pasado lo mas espectacular, un banco de nubes que se forma casi a diario, y que forma un espectáculo extraordinario. De entre las nubes surgen formaciones de roca, con aristas y laderas escarpadas que en algunos casos conforman enormes piscinas llenas de nubes. El sol empieza a ocultarse y ya es hora de volver a la civilizacion cruzando bosques que ocultan la poca luz que queda.



Descansamos un poco en el hotel y nos preparamos para el día siguiente, un par de aeropuertos y a casa, a preparar la próxima escapada.

BEEF AND WINES en FUNCHAL, Madeira



Si hablando de los restaurantes de Madeira, hay un par de tópicos que parecen comunes,  ninguno de ellos se cumple en este restaurante donde celebramos mi cumpleaños, totalmente recomendable, esta ubicado en la Avenida do Infante a un paseo del centro de Funchal.
Beef And Wines es un local bastante moderno con un estilo de decoración muy similar al popular Gaucho Londinense.
Las sillas forradas con piel de vaca dan una pista del tipo de carta que vas a encontrar, preferentemente carne y curiosamente importada de Nueva Zelanda. Eso si la forma de prepararla es muy local
Empezamos compartiendo unos langostinos salteados, enormes y exquisitos, a continuación probamos una de las recomendaciones del Chef es la muy famosa Espetada, se trata de una especie de pincho metálico de aproximadamente un metro colgado encima de la mesa mediante un curioso artilugio, y que permite ir degustando la carne cortándola trozo a trozo. El camarero retira el hierro varias veces llevándolo a las brasas de manera que no pierde temperatura. La carne es buena, la preparación excelente y las raciones generosas.
Aunque estamos totalmente llenos y aun y todo no nos saltamos el postre y probamos el Coulant de chocolate  y el Pudim Flan, acertamos dos de dos, impresionantes.

NOCHEVIEJA EN FUNCHAL, Madeira

Preparados y descansados para el famoso espectáculo del Guiness, cenamos en un Restaurante Japones con cero glamour, rodeados de mafioso rusos, parejas hindúes y alemanes borrachos. Tras el tramite volvemos al hotel donde un autobús nos llevara a un emplazamiento privilegiado para disfrutar de los Fireworks.
No es un autobús, son cinco, pero llenarlos es una aventura, la gente que sale medio bebida de la cena de gala se desparrama por todo el aparcamiento y a la encargada solo le falta coger un caza mariposas o un lazo para recoger el ganado. Unos rusos gritando, unos portugueses haciéndose arrumacos ruidosos, otros con cornetas, parece un zoo.


Por fin, casi una hora tarde salimos, el destino es una obra, si, como suena, viva la seguridad en el trabajo. Están construyendo una ampliación al estadio de fútbol, y en la balconada han preparado unas cuantas mesas con champagne y pasas para recibir el año.
A esas horas se empieza a sentir el frió a pesar de toda la gente acumulada y me vienen recuerdos de Uluru y de sus tours exclusivos, me rió yo. Antes de que nos demos cuenta llega la hora y efectivamente, aunque no seamos unos apasionados de los fuegos hay que reconocer que merece la pena la espera. Desde un montón de puntos rodeando al completo la ciudad se lanzan fuegos sincronizados en tipos y colores que consiguen una vista impresionante, la gente incluso se olvida de las pasas !! y de beber ¡¡ disfrutando del show. En quince minutos todo ha acabado y toca volver al hotel, el frió parece un buen incentivo porque todo se hace mas rápido y ordenado.

















La fiesta continuara en el hotel y las secuelas se notaran por días, a la mañana siguiente las parejas se saludan efusivamente durante el desayuno, casi todos preguntándose como se han levantado los demás con todo lo que han soplado, nosotros también nos lo preguntamos.
Así que con la nochevieja de Funchal añadimos un elemento mas a nuestra lista de inevitables: ya teníamos cuevas y cocodrilos, ahora también fuegos artificiales......

COSTA OESTE, Madeira

Aunque hay muchas empresas que organizan tours y además a buen precio, decidimos alquilar un coche para andar a nuestro aire. Al ser Navidad hay mucha demanda y la mayoría están reservados, finalmente conseguimos  un Ibiza a no demasiado buen precio pero que se le va a hacer. Salimos dejando atras Funchal y lo primero que cruzamos es Camara de Lobos, un pueblo pesquero en el que no encontramos sitio para aparcar así que tras un vistazo rápido sobre la marcha continuamos hacia las montañas dirección Sao Vicente, el paisaje es sorprendente con altas montañas de roca pelada desde donde caen cataratas serpenteando por el monte hasta llegar abajo en algunos casos hasta el mismo aparcamiento de un supermercado.

En Sao Vicente visitamos unas cuevas volcánicas  en las que cruzamos enormes tubos formados por el discurrir de la lava, es curioso y distinto de otras cuevas que hemos visitado, ya que al no ser piedra caliza no encuentras estalactitas y las gotas que cuelgan del techo permanecerán sin crecer ya que son gotas de lava solidificadas.


Continuamos nuestro camino por el norte de la isla para buscar la ER-101, una de las carreteras mas espectaculares de Europa pero tras encontrarla nos damos cuenta de que ahora ya no lo es tanto. Debido a la peligrosidad de la misma, un único carril bordeando el mar y bañado continuamente por cascadas que caían directamente sobre los coches muchas veces cortado por los desprendimientos, han optado por domesticarla creando numerosos túneles que evitan los tramos mas peligrosos e interesantes. Los trozos de carretera eliminados se pueden visitar caminando, pero el saltar una valla que indica peligro de muerte no anima a ello, además el mantenimiento es nulo con lo que hay trozos impracticables.





Continuamos hasta Porto Moniz uno de los pueblos mas lejanos de Funchal que incluso tiene un helipuerto para las urgencias medicas. Subimos a la montaña y en Ponta da Pargo aprovechamos para tomar un típico tentempié de Madeira, el Bolo de Caco relleno de Chorizo, tan sano como suena, es una especie de masa de pan de pueblo rellena de.... pues eso mismo, también lo rellenan de mas cosas como chocolate o jamón pero no es lo tradicional. El camino de montaña discurre a unos 1300 metros de altitud entre niebla casi constante, con lo que las vistas no son demasiado buenas, apenas hay nadie en la carretera excepto algo de ganado que cruza la carretera de vez en cuando.

Aprovechamos para hacer de pastores con un par de vacas fugadas que nos pegan un susto de muerte cuando tras esconderse vuelven a aparecer entre la maleza.


Sin mas pegas volvemos al sur donde paramos en Cabo Girao el segundo acantilado mas alto del mundo con sus 589 metros, impresiona un rato, casi tanto como el cartel de la obra vecina con mas pinta de muerta que de viva pero que no se vergüenza de anunciar " prometemos ser breves ".
Después mas carretera y regreso al hotel a calentar motores para la fiesta.

FUNCHAL, Madeira

La capital de la isla y realmente la única ciudad de la misma esta situada en la falda de una montaña, llegando al mar tenemos el centro relativamente pequeño y que se puede visitar en una mañana tranquilamente, allí podrás ver el paseo marítimo con sus terrazas y su enorme puerto de cruceros, también esta la zona vieja compuesta de calles estrechas y empedradas con multitud de tiendas de recuerdos, cafeterias y restaurantes. Las tiendas en Madeira tienen un aire a pueblo, ya sea un kiosco o una relojería no descartan el obtener ingresos metiendo cualquier producto, es fácil ver peonzas junto con figuras de porcelana o carteritas de corcho junto a los periódicos, decir que son cutres quizás sea muy duro pero también bastante acertado. Incluso los centros comerciales tienen un aire desangelado, con muchos locales vacíos y el resto con sensación de abandonados, con carteles viejos y baldas sacadas de mercadillo.


Lo de la decoración en las calles es otra historia, la falta de gusto y presupuesto en  los comercios se transforma en exuberancia decorativa callejera en navidad, cada rincón de cada calle esta iluminada ya sea con unas simples bombillas o con elaborados abalorios. Cada calle del centro tiene su motivo especial, ángeles, renos, estrellas o bolas de árbol gigantes decoran absolutamente todo.



En la Avenida do Infante han montado un parque de navidad con un Papa Noel gigante y un tren con regalos, también andando unos metros puedes ver un nacimiento a tamaño real, camellos incluidos. Y doblando una esquina entras en una plaza donde un belén enorme y plagado de detalles convive con unos puestos en los que puedes ver como artesanos locales hacen su trabajo.



Nos alejamos un poco de la multitud y nos vamos hasta Lido, la zona mas nueva de Funchal, aquí los hoteles se  acumulan mezclados con parques acuáticos, empresas de alquiler de coches y decenas de empresas que ofrecen tours. Aunque los comercios tienen en general el mismo aspecto dejado, aquí puedes encontrar alguna excepción en forma de franquicias extranjeras agrupadas en algún centro comercial. Si te dejas caer  rodando te encuentras una vez mas con el omnipresente mar, aquí en Lido han diseñado un recorrido que bordeándolo recorre la costa dejando unas vistas estupendas, la única pega es que debido a la orografía de la isla te encontraras unas cuantas cuestas rompe piernas, afortunadamente han colocado fuentes para ayudarte a recuperar.

Saliendo de la costa y subiendo hacia la montaña tras mil curvas aparece Monte que aunque sea un pueblo no se puede evitar considerar un barrio mas de la capital, se puede acceder en teleferico pero nosotros elegimos el autobús, mucho mas económico y mucho mas emocionante. Subir con el 48 es una experiencia que no olvidaras, recorres varios barrios con continuas subidas y bajadas, el conductor realiza maniobras imposibles doblando en curvas con centímetros de margen, esquivando coches en segunda fila, librando conductores suicidas... cuando llegamos me dan ganas de aplaudir al maestro.



Monte no es mas que un grupo de casas y una iglesia rodeadas de zona boscosa pero en un buen día pudes tener la mejor vista posible de la costa, una vez arriba y tras un corto paseo toca bajar, el negocio montado es increíble.

Un montón de hombres con sombreros de paja montan a los visitantes en unos carros con patines y los deslizan montaña abajo, aunque tenia ganas de probarlo, tras un vistazo desaparece la magia, no van demasiado rápido y todo es demasiado turístico, foto incluida, así que optamos por el teleferico que aunque mas lento parece mas atractivo.


Y acabo la crónica sobre Funchal con uno de los mejores momentos en la isla, para celebrar mi cumple nos animamos a ir a un espectáculo en el Teatro Municipal Baltazar Dias, se llama " A Magia dos Musicais " es un concierto en el que se repasa los temas mas populares de varios musicales, desde West Side Story a Les Miserables poniendo especial énfasis en The Phantom of the Opera.



 El espectáculo empieza tarde porque la Soprano llega tarde debido a un accidente de coche, y viendo como conducen no es de extrañar, así que el tenor David Lyndon Hedges nos entretiene con unas cuantas bromas hasta que ella aparece en escena. El destaca desde el primer momento, por su voz excepcional y por sus bromas en el escenario. A ella le cuesta entrar en calor pero hacia el final del show cuando las canciones se ajustan mas a su tipo de voz el resultado es excelente. Nos vamos con un gran sabor de boca. Todo un acierto.

MADEIRA

Ajo y túneles. Puede que no sea un gran eslogan para una campaña turística, y también es cierto que no hace justicia a la isla, pero que le voy a hacer si es lo que me sugiere el nombre de Madeira. Es curioso que sean dos detalles negativos lo que resalte de la semana que pasamos aquí, y no es justo ya que Madeira es también  muchas otras cosas y la mayoria positivas.
La entrada por avión es espectacular, el piloto que tiene que tener una cualificación especial para usar el aeropuerto, desciende paralelo a la montaña y aterriza sobre una pista minúscula dejando atrás el océano.
Una vez sales a la calle, la temperatura agradable incluso en el mas puro invierno ya te indica porque es un destino tan solicitado por los turistas del norte, buen clima y pocas lluvias debe sonar muy atractivo para muchos ingleses. A eso hay que sumarle unos precios moderados y una infraestructura turística ultra preparada.
También un punto positivo es su geografía, altas montañas de origen volcánico que caen a plomo sobre el mar, ya sea con grandes acantilados o  con larguisimas laderas, todo cubierto por vegetación con plantas y flores durante todo el año.....


Y entonces porque vienen esas ideas tan raras a mi cabeza  ? No lo se, pero esta claro que por algún motivo no nos ha entusiasmado, quizás sea que no hemos encajado, quizás no era el momento. Quizás haya influido el que con tanto desarrollo han convertido al lobo en perro domesticándolo. Que cada abrupta carretera bordeando el mar se haya convertido en una sucesión de túneles sin ningún paisaje no ha ayudado, eso seguro, pero vayamos por partes.