Opera Hedeland Parte 1, Dinamarca

De alguna manera mi patrón a la hora de viajar esta llevando el camino inverso a lo que yo creo que es mas habitual. En mi caso, cuanto mas viajo menos me gusta saber lo que me espera y mas me gusta ir descubriendo cosas casi por azar.

En la ultima escapada a Copenhague vimos un anuncio de Opera Hedeland que solo daba tres funciones anuales y que coincidía con nuestra visita. No dudamos demasiado y compramos los billetes, solo sabíamos que la opera era Madame Butterfly y por lo poco que se de Opera me daba la sensación de que era bastante accesible y los pasajes que había escuchado me habían gustado bastante, así que todo pintaba bien.


Llego el día de la representación y pegamos un vistazo a la pagina de la Hedeland Opera para informarnos de como llegar, había un apunte sobre unos autobuses que salían del centro de la ciudad y que te llevaban hasta el recinto así que no nos preocupamos demasiado y nos acercamos al sitio con tiempo para encontrar el lugar. Y no fuimos capaces de hacerlo. Pasaban los minutos, dábamos vueltas y vueltas pero nada. Preguntábamos y nadie sabia nada, ni siquiera les sonaba el tema. Fuimos casi al trote hasta la oficina de Turismo, simpáticos, pero tampoco nada.

Solo quedaba buscarnos la vida: mapa, transporte publico y a la carrera. Afortunadamente estábamos cerca de la estación Central, así que fue bastante fácil conseguir billete hasta Høje Taastrup Station en un pueblo que estaba relativamente cerca del parque donde se celebraba la Opera situado a unos 35 Kilómetros de Copenhague. Una vez allí ya haríamos algo.

El trayecto fue casi media hora recorriendo bosques y pueblos pero prestamos poca atención al paisaje, la cosa no estaba del todo clara. Cuando bajamos en la estación estaba todo desierto, apenas cuatro personas que habían bajado del tren con nosotros.


Nos acercamos a una pareja mayor que tenían cara de despistados y les preguntamos si también iban a la opera y nos contestaron que si, así que unimos fuerzas para buscar como llegar. Los cuatro habíamos leído que desde el exterior de la estación iban a poner servicio de Bus pero no veíamos nada y el tiempo pasaba, rodeamos el edificio y dimos vueltas un poco tensos hasta que a lo lejos vimos un vehículo aparcado que resulto ser el nuestro. Todo iba camino de tener un final feliz.
Pero hasta que cante la gorda.....

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