Su paisaje (Urgull. Monte Igueldo, isla
Santa Clara, bahía de la Concha,…) y su gastronomía (Arzak,
Akelarre,… y por supuesto, sus pintxos) son argumentos suficientes
para querer conocerla.
Incluso el New York Times la recomendó
en su prestigiosa lista anual, diciendo que es imposible venir y no
quedar enamorado de la ciudad.