Sin embargo hay que saber que no es este el único punto interesante de la isla. Si continuas un poco hacia el Oeste, te encontraras un barrio con muchísima vida, lleno de comercios y que parece una alternativa interesante a la mas concurrida y turística zona de Norrmalm.
Otro de los puntos mas recomendables de esta zona es el paseo que bordea al rió Barnkushiven y en el que en todo momento puedes ver a gente haciendo deporte, algunos incluso empujando carros de niños. La verdad es que no es de extrañar ya que dar un paseo por aquí observando decenas de barcas sujetas en la orilla es estupendo. Eso si, el recorrido entre los arboles que cruza algún que otro siniestro túnel acaba desembocando en el inevitable ayuntamiento.
La entrada a el edificio que cada año aloja la ceremonia de los premios Nobel, se puede hacer desde el paseo de la bahía o a través de una solemne puerta enorme que te llevara a una plaza interior en la que se ve un caballito pintado típicamente sueco pero de tamaño real.
Cruzando un porche con arcadas llegaras al jardín que hace casi función de embarcadero y en el que también hay una serie de esculturas que decoran cada rincón, incluso bajando unas escaleras aparece una pequeña hendidura en la que se esconde una siniestra figura.
Ya nos vamos a ir cuando una nueva mirada y descubrimos que lo que creíamos que era una especie de muñecote dorado con las manos levantadas hacia el cielo en la punta mas alta de la torre es en realidad una representación de las tres coronas del reino. Casi me gustaba mas nuestra primera impresión....
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