En nuestra ultima escapada encontramos
una buena oferta de hotel que no incluía desayuno. Y lo que en
principio vimos como una pega, en realidad se convirtió en una
oportunidad. Gracias a ello pudimos probar unas cuantas alternativas
al clásico buffet donde coger fuerzas al arrancar el día para
enfrentarse a esa increíble ciudad que es Berlin. Estos fueron
nuestros descubrimientos:
El primero de los desayunos lo tomamos
en la cafetería del enorme edificio que tienen estos Grandes
Almacenes franceses en Friedichstraße, muy cerca de la preciosa
plaza Gerdanmenmarkt. Acabamos allí por casualidad ya que en
realidad estábamos buscando una cafetería sobre la que habíamos
leído cuando al pasar cerca decidimos entrar para ver el curioso
Cono Invertido diseño de Jean Nouvel. La cafetería esta justo
debajo y aunque no se puede decir que sea un negocio “local”
tiene una bollería buenísima y la vista merece la pena. Eso si,
aquí encontramos una de las dos únicas personas en el viaje que no
hablaban ingles.
Cerca de la estación de
Fiedrichstraße, en concreto debajo del paso elevado por donde
discurren las vías del S-Bahn podéis encontrar esta cafetería que
tiene un estilo similar a Starbucks pero que es original de Berlin y
que cuenta con bastantes productos locales en su carta. Son sobre
todo zumos, cafés, yogures y pasteles. Destaca el Johannisberg
Baiser que estaba especialmente bueno. Ademas, este local tiene como
ventaja el que abre pronto y cierra tarde, con lo que también es una
buena alternativa para tomar un postre.
Una autentica maravilla que aun estando
un poco apartada merece una visita. Los platos con frutas, dulces y
embutidos son estupendos, los bocadillos deliciosos y los bollos
hechos en su propio obrador son como para llevárselos en la bolsa y
alimentarse de ellos todo el día. De hecho ha ganado el premio a
mejor panadería de Alemania con lo que la calidad esta asegurada. Al
mediodía también ofrecen comidas con platos muy elaborados pero no
tuvimos oportunidad de probarlos. La podréis encontrar al norte de
Torstraße en el barrio de Mitte.
Esta cafetería muy cerquita del Berlin
Wall Memorial ofrece desayunos correctos, pero su mayor atractivo
reside en su exterior. Para promocionar el local, junto a su puerta
hay aparcados dos Trabants (uno perteneciente a la policía y otro
pintado de un llamativo color naranja) con los que fotografiarse.
También al lado hay un pequeño soportal decorado con murales en
blanco y negro bastante interesantes. Hay que mirar y mirar para no
dejarse ninguno ya que alguno puede estar cubierto por las mesas
apiladas para la terraza que seguro ponen cuando llegue el verano.
Esta situado en la esquina entre Bernauer Straße y Brunnerstraße.
Este es el sitio perfecto para tomar un
gran desayuno cualquier día con poca prisa y mucho hambre. Eso si,
hay que estar atento porque suele estar lleno. El motivo de su éxito
esta claro: buena comida, estupenda terraza y gente molona. De hecho,
no es de extrañar su publico ya que el local se encuentra situado en
un barrio muy elegante y tranquilo pero a dos pasos de todo, en la
esquina de Caroline Von Humboldt Weg y Jägerstraße Aunque los
platos se inspiran en el modelo americano todo esta pasado por el
filtro europeo y acompañando a las tortitas y el revuelto
encontraras mucha ensalada o un bol con yogur y muesli. ¿Os he
hablado ya de su estupenda terraza?
El origen de esta cafetería-restaurante
se sitúa en Williamsburg neoyorquino, cuna de todo el hipsterismo
que hoy domina el mundo. Los dueños al ver lo bien que funcionaba el
negocio decidieron exportarlo a su ciudad europea favorita: Berlin,
cerca del río Spree junto al Fiedrichstat-Palast.
Sus orígenes nos dan una pista de lo
que vamos a encontrar, y que conste que no lo digo como algo malo, ya
que si se va un poco más allá de la pose, hay que admitir que la
cocina-fusión japonesa y americana que practican aquí, es todo un
acierto. A eso añadiremos que el personal es encantador y muy
amable.
Llama la atención nada más entrar al
local, la bonita escalera de caracol que conduce a la primera planta
donde se encuentra el comedor, que con sus enormes cristaleras parece
un invernadero.
Por esta mezcla de buena comida y
cuidada estética, se convierte en uno de los sitios más
recomendables que hemos probado en la ciudad.
Si conocéis alguno más y queréis
recomendarlo, ahí abajo tenéis la sección de comentarios.
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