En Sao Vicente visitamos unas cuevas volcánicas en las que cruzamos enormes tubos formados por el discurrir de la lava, es curioso y distinto de otras cuevas que hemos visitado, ya que al no ser piedra caliza no encuentras estalactitas y las gotas que cuelgan del techo permanecerán sin crecer ya que son gotas de lava solidificadas.
Continuamos hasta Porto Moniz uno de los pueblos mas lejanos de Funchal que incluso tiene un helipuerto para las urgencias medicas. Subimos a la montaña y en Ponta da Pargo aprovechamos para tomar un típico tentempié de Madeira, el Bolo de Caco relleno de Chorizo, tan sano como suena, es una especie de masa de pan de pueblo rellena de.... pues eso mismo, también lo rellenan de mas cosas como chocolate o jamón pero no es lo tradicional. El camino de montaña discurre a unos 1300 metros de altitud entre niebla casi constante, con lo que las vistas no son demasiado buenas, apenas hay nadie en la carretera excepto algo de ganado que cruza la carretera de vez en cuando.
Aprovechamos para hacer de pastores con un par de vacas fugadas que nos pegan un susto de muerte cuando tras esconderse vuelven a aparecer entre la maleza.
Sin mas pegas volvemos al sur donde paramos en Cabo Girao el segundo acantilado mas alto del mundo con sus 589 metros, impresiona un rato, casi tanto como el cartel de la obra vecina con mas pinta de muerta que de viva pero que no se vergüenza de anunciar " prometemos ser breves ".
Después mas carretera y regreso al hotel a calentar motores para la fiesta.
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