COSTA OESTE, Madeira

Aunque hay muchas empresas que organizan tours y además a buen precio, decidimos alquilar un coche para andar a nuestro aire. Al ser Navidad hay mucha demanda y la mayoría están reservados, finalmente conseguimos  un Ibiza a no demasiado buen precio pero que se le va a hacer. Salimos dejando atras Funchal y lo primero que cruzamos es Camara de Lobos, un pueblo pesquero en el que no encontramos sitio para aparcar así que tras un vistazo rápido sobre la marcha continuamos hacia las montañas dirección Sao Vicente, el paisaje es sorprendente con altas montañas de roca pelada desde donde caen cataratas serpenteando por el monte hasta llegar abajo en algunos casos hasta el mismo aparcamiento de un supermercado.

En Sao Vicente visitamos unas cuevas volcánicas  en las que cruzamos enormes tubos formados por el discurrir de la lava, es curioso y distinto de otras cuevas que hemos visitado, ya que al no ser piedra caliza no encuentras estalactitas y las gotas que cuelgan del techo permanecerán sin crecer ya que son gotas de lava solidificadas.


Continuamos nuestro camino por el norte de la isla para buscar la ER-101, una de las carreteras mas espectaculares de Europa pero tras encontrarla nos damos cuenta de que ahora ya no lo es tanto. Debido a la peligrosidad de la misma, un único carril bordeando el mar y bañado continuamente por cascadas que caían directamente sobre los coches muchas veces cortado por los desprendimientos, han optado por domesticarla creando numerosos túneles que evitan los tramos mas peligrosos e interesantes. Los trozos de carretera eliminados se pueden visitar caminando, pero el saltar una valla que indica peligro de muerte no anima a ello, además el mantenimiento es nulo con lo que hay trozos impracticables.





Continuamos hasta Porto Moniz uno de los pueblos mas lejanos de Funchal que incluso tiene un helipuerto para las urgencias medicas. Subimos a la montaña y en Ponta da Pargo aprovechamos para tomar un típico tentempié de Madeira, el Bolo de Caco relleno de Chorizo, tan sano como suena, es una especie de masa de pan de pueblo rellena de.... pues eso mismo, también lo rellenan de mas cosas como chocolate o jamón pero no es lo tradicional. El camino de montaña discurre a unos 1300 metros de altitud entre niebla casi constante, con lo que las vistas no son demasiado buenas, apenas hay nadie en la carretera excepto algo de ganado que cruza la carretera de vez en cuando.

Aprovechamos para hacer de pastores con un par de vacas fugadas que nos pegan un susto de muerte cuando tras esconderse vuelven a aparecer entre la maleza.


Sin mas pegas volvemos al sur donde paramos en Cabo Girao el segundo acantilado mas alto del mundo con sus 589 metros, impresiona un rato, casi tanto como el cartel de la obra vecina con mas pinta de muerta que de viva pero que no se vergüenza de anunciar " prometemos ser breves ".
Después mas carretera y regreso al hotel a calentar motores para la fiesta.

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