Ajo y túneles. Puede que no sea un gran eslogan para una campaña turística, y también es cierto que no hace justicia a la isla, pero que le voy a hacer si es lo que me sugiere el nombre de Madeira. Es curioso que sean dos detalles negativos lo que resalte de la semana que pasamos aquí, y no es justo ya que Madeira es también muchas otras cosas y la mayoria positivas.
La entrada por avión es espectacular, el piloto que tiene que tener una cualificación especial para usar el aeropuerto, desciende paralelo a la montaña y aterriza sobre una pista minúscula dejando atrás el océano.
Una vez sales a la calle, la temperatura agradable incluso en el mas puro invierno ya te indica porque es un destino tan solicitado por los turistas del norte, buen clima y pocas lluvias debe sonar muy atractivo para muchos ingleses. A eso hay que sumarle unos precios moderados y una infraestructura turística ultra preparada.
También un punto positivo es su geografía, altas montañas de origen volcánico que caen a plomo sobre el mar, ya sea con grandes acantilados o con larguisimas laderas, todo cubierto por vegetación con plantas y flores durante todo el año.....
Y entonces porque vienen esas ideas tan raras a mi cabeza ? No lo se, pero esta claro que por algún motivo no nos ha entusiasmado, quizás sea que no hemos encajado, quizás no era el momento. Quizás haya influido el que con tanto desarrollo han convertido al lobo en perro domesticándolo. Que cada abrupta carretera bordeando el mar se haya convertido en una sucesión de túneles sin ningún paisaje no ha ayudado, eso seguro, pero vayamos por partes.
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