Comenzamos la visita al norte de la Isla Sur visitando Picton, esperábamos un insulso pueblo que solo sirviera como punto de paso para cruzar hacia la isla norte y sin embargo nos encontramos un pueblo muy cuidado con una calle principal llena de cafeterías y comercios de todo tipo y al borde del agua un parque precioso que permite disfrutar de la vista de la bahía de la ciudad y de como esta se abre hacia los fiordos que llevan hacia mar abierto.
Dejamos atrás Picton y empezamos a dirigirnos a Havelock, la carretera esta formada por mil curvas unidas por alguna que otra recta, no son demasiados kilometros pero se tarda una eternidad, para obtener el tiempo de conducción solo tienes que meter en la ecuación las mencionadas curvas y unas vistas espectaculares que te obligan a parar cada dos minutos para hacer un oooohhhh !! y sacar doce fotos de los Malborough Ssounds.
Havelock es un pequeño pueblo con un enorme puerto deportivo, se conoce como la capital del mejillón e incluso tienen un restaurante dedicado en exclusiva a este manjar que yo detesto. Aparte del puerto todo el pueblo se concentra en una única calle, desde el ayuntamiento hasta la gasolinera y todos los sitios abiertos para cenar que no son muchos. Acabamos comiendo algo en un take-away y take-in de lo mas curioso en el que vemos desfilar a casi todo el pueblo para recoger comida. No se si todo el mundo trabaja en el campo pero por la ropa y sobre todo las botas de goma con barro hasta los tobillos, lo parece.
Después de salir de Havelock toca cruzar un trozo de terreno interior dejando a la derecha Pelorous Sound, otra colección de fiordos que no visitamos ya que la distancia desde la carretera hasta donde empieza lo interesante es demasiada para merecer una visita rápida, y no tenemos demasiado tiempo si queremos llegar a Motueka a tiempo de reservar el barco para Abel Tasman.
Pasamos de puntillas por Nelson, parando justo en la zona del puerto para ver la enorme cordillera de picos nevados que se encuentran al otro lado de la bahía que delimita la ciudad. Una vez salimos de la zona urbana, paramos en una playa de piedra, en la que descansamos un rato entretenidos curioseando entre las cosas que la marea ha arrojado a la playa. Hay muchas conchas de todo tipo, un montón de algas, corales de diferentes colores, y muchisimas ramas y troncos que sirven de indicativo de como se las gasta el mar en esta zona.
Seguimos por la carretera 60 cruzando zonas de agua que no queda muy claro si son lagos de agua dulce, marismas o agua de mar que se filtra al interior formando enormes piscinas naturales. Nada mas llegar a Motueka, nos acercamos a información donde nos ofrecen diferentes opciones para visitar Abel Tasman, elegimos una mixta que combina un paseo en barco visitando todas las playas del parque y un recorrido a pie de unas tres horas cruzando puentes y cataratas para ver de cerca la flora y fauna del parque.
Es curioso que al igual que en Australia pero a diferencia del resto de los paises que hemos visitado en las oficinas de informacion ademas de dar folletos y asesorar sobre la zona, las actividades e incluso los alojamientos, te hagan la reserva directamente, cobrando ellos el dinero y arreglandose luego con el hotel o la empresa encargada de los tours. Curioso sistema que agiliza los tramites, y te evita el tener que perder el tiempo buscando el sitio para reservar sobre lo que te han informado.
Tras asegurarnos el barco comodamente de esta manera, pateamos la calle principal del pueblo, y vemos que ofrece todo lo que se puede necesitar para recorrer la zona, desde tiendas de deporte hasta supermercados para rellenar las provisiones. Compramos alguna cosa, comemos algo y nos ponemos en marcha de nuevo.
Lo de la foto no es que venga a cuento, but it is sooooooo cute !!
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