La visita al norte de Tasmania resulta pasada por agua, la lluvia no es constante pero si que nos acompaña todo el camino.
Entramos por un camino sin asfaltar hacia el océano, ya que el puerto del pueblo esta dentro de una bahía, la entrada a esta bahía era conocida como Las puertas del Infierno, por sus constantes naufragios y porque era el punto de entrada para los presos que venían a Tasmania, y si las prisiones australianas eran duras, las de Tasmania tenían fama de ser infernales, hay leyendas que cuentan que en algunas de ellas, los carceleros echaban carne a los tiburones para que se mantuvieran cerca y así los reclusos no pudieran huir por mar. Concretamente en Port Arthur, en la costa Este, hablan incluso de canibalismo como forma de subsistir cuando los guardianes no se dignaban a alimentar a los internos. Leyenda o realidad ??
Sigamos con la carretera, tras dejar la costa cruzamos algunos pueblos como Zeehan donde nos encontramos un curioso museo de trenes.
Lo bueno de tanta lluvia es que cualquier salto de agua se ha convertido en catarata, as que paramos una y mil veces para sacar fotos. Las vistas de cada uno de lo miradores también es increíble, y las curvas añaden emoción al camino.
Según nos acercamos a nuestro destino, vuelve a aparecer la nieve que creíamos habíamos dejado atrás, y cuando entramos en Cradle Mountain National Park nos cubre hasta las tobillos. Afortunadamente este parque es el mas visitado de la isla y las carreteras están bastante bien. En Cradle Valley hay bastantes alojamientos, pero sorprendetemente teniendo en cuenta el tiempo que hace hay varios que están llenos. El motivo es que la gente acostumbra a casarse aquí arriba, en uno de los hoteles vemos a los novios haciéndose fotos en el hall, debe hacer mucho frío para hacerlas al aire libre.
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