Llegamos a un pequeño aeropuerto del tamaño del de Hondarribia, aunque la diferencia es que en este hay unos cuantos vuelos internacionales. Cuando nos acercamos a por los tickets para el shuttle, oímos en información que hay problemas para encontrar alojamiento, así que esperamos nuestro turno durante 45 minutos, nos atienden sin mucha gana ya que la hora de salida del chico ha pasado hace un rato, nos encuentra sitio en un hotel en el centro a un precio mas caro de lo que esperábamos pagar.
Cuando salimos se ha ido el Shuttle y cogemos un taxi. Llegamos al hotel y empiezan las malas sensaciones, desde el hotel de San Diego no había tenido tan malos presagios, desde la calle vemos que en el pasillo exterior de las habitaciones hay un grupo de gente sentada y vociferando, por las escaleras baja gente con pinta.... con mala pinta. Ya que no podemos elegir y ademas esta pagado, entramos a la recepción, no encuentran la llave de la habitación, no saben ni como esta, se miran entre ellas, dios mío, esto va muy mal. Al rato aparece una llave, no se sabe de donde, y nos dicen que podemos subir, primera planta y al fondo. No puede ser, si no calculo mal es.... efectivamente, la de al lado de los aulladores. Al pasar vemos que dentro de la habitación hay unas cinco personas y en el suelo del pasillo dos, entramos en la habitación ya con mala espina, dejamos las cosas, semi-atrancamos la puerta y nos vamos a cenar.
Darwin no es lo que esperaba, para nada, tenia la idea, por la ubicación, por el nombre, por los alrededores llenos de parques naturales, que esto seria como una ciudad perdida del Salvaje Oeste, y no lo es, para que quede claro, si no estas ya aquí, no vengas y si estas vete, vete ya, estas perdiendo horas de tu vida, a no ser que..... vamos a ver si tienes 18 años y las hormonas locas este es tu sitio perfecto, ni Miami, ni Ibiza ni siquiera Salou, pero recuerda tienen que ser las dos condiciones, no vale solo un. Aquí hay mil bares para emborracharte, bares con fiesta calentita, otros mil y seguratas tocho, uno o dos en cada local.
La gente con una media de edad muy baja ya esta medio de fiesta y son las ocho de la tarde, todo tiene pinta de desfasarse enseguida. Las tiendas todas abiertas, y la mayoría son para organizar tours, hay varios albergues de backpackers pero la gente que entra y sale parece mas del tipo de ir a raves que a ver naturaleza. Hay vagabundos, aborígenes, of course. Huele mal los bares están llenos de gente bebiendo y bebiendo. Sal de aquí, sal de aquí mientras puedas, esto es una gran decepción.
Cenamos y nos vamos a la habitación donde la cosa no ha mejorado, siguen gritando, y seguirán gritando hasta las cuatro de la mañana de este jueves, sin dejarnos descansar, la peor tarde-noche de este viaje y quizás de todos nuestros viajes.
Que bajón. Y NO, NO HAY FOTOS.....
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