A lo largo de los dos días que pasamos en la ciudad intentamos hacernos a la idea de como era la vida en esta ciudad situada a 300 kilometros de Darwin, pero las señales eran contradictorias. Por un lado, parecía una ciudad en condiciones, con su cine, su zona comercial variada, incluso estaba programada la visita de una compañía de opera para representar “La Boheme”, pero por otra parte el sábado a las 5 de la tarde, esta todo cerrado, a excepción del Mc Donald´s 24 Horas y un club en el que una chica vestida de catwoman y con el culo al aire invita a entrar. Pequeña ciudad o pueblo abandonado, puede que las dos cosas.
Lo unico que es constante en el pueblo, son los grupos de aborígenes merodeando por las calles, algunos están solos pero la mayoría se juntan para sentarse en el suelo o en las escaleras de las tiendas.
Otra cosa extraña es su afición a colocarse en los cruces de calles, como si alguien fuera a recogerles, cosa que no ocurre, ya que al rato se van. Son bastante huraños, esquivan la mirada y aunque no van como andrajosos, la verdad es que la higiene no es su fuerte.
Muchos llevan botellas en la mano, eso si todas de refrescos, aunque se podría pensar, ya que no permiten alcohol en las calles, que van rellenadas. Aunque solo es una suposición, Y sin demasiado fundamento.
La estrella de las visitas en el pueblo son las Katherine Hot Springs, unas pozas a 32 grados, en las que es una gozada meterse. Hay bastante gente, la mayoría locales, cosa entendible un sábado por la tarde, grupos de chavales jugando, abueletes a remojo y yo, que disfruto como un enano pasando de poza a poza y cotilleando a todo el mundo. Por primera vez vemos a gente blanca relacionándose con aborígenes, y tenían que ser niños.
Otra cosa extraña es su afición a colocarse en los cruces de calles, como si alguien fuera a recogerles, cosa que no ocurre, ya que al rato se van. Son bastante huraños, esquivan la mirada y aunque no van como andrajosos, la verdad es que la higiene no es su fuerte.
Muchos llevan botellas en la mano, eso si todas de refrescos, aunque se podría pensar, ya que no permiten alcohol en las calles, que van rellenadas. Aunque solo es una suposición, Y sin demasiado fundamento.
Dentro del pueblo también recomiendan visitar School on air, algo así como la escuela en las ondas, y que habla de la imposibilidad de la gente para desplazarse a recibir clases asi que se crearon radios en las que se impartian las clases por las ondas, hoy en dia se ha sustituido por internet, pero seguro que en algun sitio siguen funcionando lo que ellos llaman “la clase mas grande del mundo”.
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